En mi opinión, el bienestar y cuidado personal del consejero es fundamental para garantizar la calidad y resultados esperados en el proceso de consejería de crisis. Si el consejero no cuida de si mismo y no goza de un estado saludable de su mente, de sus emociones, de su área física y espiritual, pone el riesgo el bienestar de su cliente. El consejero requiere estar lleno en su interior para poder compartir y apoyar a otros, de lo contrario se va a desgastar y se va a frustrar.
Previo a cualquier proceso de consejería, el consejero debe buscar en oración de la dirección de Dios para la renovación de sus fuerzas y sacudirse de sus propias situaciones; es importante y crucial que el consejero tenga un equilibrio sano entre su vida personal y profesional, tengamos presente que el consejero es humano como lo es el cliente, por ende, debe buscar también espacios de esparcimiento mental y físico, debe tomarse tiempo para si mismo y su familia, debe descansar, relajarse y entretenerse. El acompañamiento de un grupo cercano e íntimo es básico para que él también pueda expresarse y trabajar con sus propios problemas.
Dios nos ayude a ser consejeros sanos y libres en todas las áreas de nuestra vida, para poder impartir y ayudar a otros con liberalidad, entrega, compromiso y sobre todo que haya realización.
Bendiciones.
